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Lunes, 23 de septiembre 2024, 13:06
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El programa PROPREFAME CIJARA (Programa de Prevención con Familias y Menores) pone el foco en la adolescencia, una etapa marcada por numerosos cambios físicos, emocionales y psicológicos que pueden generar comportamientos rebeldes en los jóvenes. Esta etapa de desarrollo influye directamente en la autoestima y la conducta de los adolescentes, quienes pueden manifestar actitudes de apatía, tristeza o rebeldía. Aunque la rebeldía adolescente es un fenómeno común, comprender las razones detrás de esta conducta es crucial para una mejor convivencia y desarrollo.
Uno de los factores clave es la educación recibida en la infancia. La forma en que los niños han sido educados desde pequeños influye significativamente en su comportamiento durante la adolescencia. Además, los cambios físicos y emocionales característicos de esta etapa pueden generar agresividad o inestabilidad psicológica, afectando sus relaciones sociales. Estos jóvenes aún no tienen las herramientas emocionales necesarias para manejar situaciones conflictivas, lo que provoca una mezcla de emociones que no saben gestionar de manera adecuada.
Otro aspecto fundamental es que los adolescentes atraviesan una búsqueda constante de su propia identidad. Al sentirse más independientes, comienzan a distanciarse de las figuras de apego, como sus padres, y buscan mayor conexión con su grupo de iguales. Este proceso de búsqueda de autonomía suele manifestarse como una prueba de los límites impuestos a lo largo de su desarrollo. A esto se le suma la percepción crítica que tienen sobre su entorno, pudiendo sentir injusticias en el trato familiar o la ausencia de atención por parte de sus padres.
Aunque estas conductas rebeldes son normales en la adolescencia, es importante que los adultos sepan actuar con paciencia y firmeza. El problema surge cuando la rebeldía excede los límites normales y los padres no saben cómo manejarla. Para evitar que esta actitud se intensifique, la comunicación y la confianza establecidas durante la infancia juegan un papel crucial. Invertir tiempo en la educación de los hijos, establecer normas y límites claros y consensuados, y no sobrecargar a los jóvenes con responsabilidades que no les corresponden, son algunos de los pasos esenciales para prevenir comportamientos excesivamente desafiantes.
Además, la gestión emocional es otro de los pilares. Muchos adolescentes llegan a esta etapa sin las herramientas emocionales adecuadas, por lo que es responsabilidad de los padres ser un apoyo constante. Ayudarles a entender y gestionar sus emociones puede ser clave para evitar una actitud desafiante y fomentar un desarrollo emocional sano. El programa PROPREFAME CIJARA aborda estas cuestiones, brindando a las familias las pautas necesarias para acompañar a sus hijos en esta fase crucial de su vida.
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