"Mi puerta siempre está abierta para quién me pueda necesitar"
Con 90 años habla con su familia por video-llamada y WhatsApp utilizando tablet y teléfono móvil. Es además la presidenta de Cáritas y colabora activamente con Cruz Roja.
DOLORES CARPIO
Lunes, 30 de noviembre 2015, 22:00
Al llegar a casa de doña Carmen nos encontramos con la puerta de la calle abierta. Ella está en el piso de arriba, arreglándose para ir a misa nos dice. Mi puerta siempre está abierta para quién me pueda necesitar. Este gesto define a esta mujer buena, solidaria y generosa cuya vida define la ayuda a los demás.
Doña Carmen Antón nació en Zamora hace 90 años y entre esta provincia y Salamanca pasó su niñez y juventud. Estudió el bachillerato y continuó su formación haciendo cursos de formación enfermería y diferentes materias. Cuando se trasladaron a Salamanca vivía con sus tres hermanas, todas viven y mantiene el contacto con ellas; doña Carmen es la segunda. La vida les ha llevado a Sevilla, Madrid y Pamplona, pero en numerosas ocasiones se reúnen en Madrid y pasan unos días juntas. También tienen en común el contacto con la profesión médica, pues dos de ellas también se han casado con médicos. Comenzó su labor de voluntaria en los barrios más pobres de Salamanca y con los jesuitas se formó en cursos de tema social. Su padre era médico y en numerosas ocasiones Carmen ejerció como su auxiliar ayudándole en su consulta.
Doña Carmen vive sola en Herrera donde vino en el año 50 con su marido don Alfredo Rivas que ejerció como médico en la localidad. Tuvieron seis hijos, Alfredo, Mª Carmen, Mª Ángeles, Mª Félix, Charo y Martín. Actualmente ninguno vive en el pueblo. Se reparten entre Madrid, Mérida, Pamplona y Holanda la más alejada, pero la visitan a menudo: casi todos los fines de semana me visita alguno, éste ha estado aquí Martín. Tiene además 13 nietos y 5 biznietos. Ella sigue ejerciendo de matriarca y su familia sigue viniendo a su casa y a su pueblo. Con todos tiene muy buena relación, pero con los nietos la relación es más entrañable. Encima de su mesa tiene la Tablet que acaba de cerrar. He estado hablando con mi nieto que está en México y me comunico con ellos por videollamada o por wattshap, sobre todo los que están más lejos y vienen menos. Nos muestra su preocupación por otra de sus nietas que vive en Bruselas debido a los atentados y el estado de alerta que hay ahora en la ciudad.
Doña Carmen llegó a Herrera del Duque del brazo de don Alfredo ya casados hace 65 años. Se habían conocido en Salamanca por ser amigo de su cuñado cuando él estaba el tercero de medicina. Allí comenzó su relación y cinco años después se casaron y vinieron a vivir aquí. Él puso la consulta en su casa, entonces no había seguridad social, y ella ejercía de su enfermera. Se encontró con gente sin recursos, muchas heridas de los que trabajaba en las matas y que Eulogio el capataz intentaba poner en el seguro y junto con los farmacéuticos intentaban facilitarle las medicinas a la gente que lo necesitaba y no podían pagarlas. Siempre intentó ayudar a la gente necesitada y de ellos aprendió mucho: Veían la pobreza como algo natural, se resignaban pero no eran infelices porque necesitaban poco. También recuerda que a pesar de tener poco siempre había sitio para los padres cuando lo necesitaban y el mejor sitio era para el más viejo.
Cuando doña Carmen llegó a Herrera no conocía a nadie y nos confiesa que le costó un poco, pero encontró mucho cariño en la familia y los vecinos, encontrándose a gusto y aceptando la forma de ser de cada uno. Se hizo a la idea de que su vida sería ésta y encontró grandes amigas como Marina, Lucía Galán y doña Victoria Esteban, que había estudiado con ella en Zamora. Encontró buenas amistades con personas de todas las clases sociales.
Su marido fue el primer alcalde demócrata en Herrera. Se presentó por el PSOE. A ella le pareció bien porque le daba la oportunidad de hacer el bien a la gente y al pueblo ya que él concebía la profesión de político como de servicio público. Ella siempre estuvo a su lado y a pesar de que estuvo en el cargo poco tiempo, pues murió prematuramente, sembró la semilla para que sus sucesores seguieran adelante.
Ella nos dice que siempre ha vivido como ha pensado, teniendo como referencia la fe cristiana que es una manera de vivir a bien con Dios y con el prójimo: El prójimo es tan grande y son tantas cosas las que se pueden hacer por los demás que es una compensación quizás inmerecida, porque encuentro la paz interior conmigo misma. Actualmente es la presidenta de Cáritas y colabora con Cruz Roja como voluntaria y como comentamos al principio su puerta está abierta para todo aquel que la necesite. Su deseo para el futuro, vivir en paz y que todo el mundo tenga lo que necesite dentro de la vida que tenemos actualmente.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.