Desde entonces, este municipio se ha convertido en su inspiración. Su ubicación privilegiada, limitando al norte con la comarca de Las Villuercas en la provincia de Cáceres, al sur con la de La Serena, al oeste con las Vegas Altas y al este con la provincia de Ciudad Real, hacen que este pueblo sea, en muchas ocasiones, el lienzo perfecto para sus cuadros. También el lugar idóneo para sentirse cómodo y crear.

«El entorno y sus gentes son lo más importante en la inspiración para una obra», afirma García, quien es capaz de crear un ambiente idóneo para el dibujo y la pintura en esta localidad que supera los 3.500 habitantes.

Es ahí donde desarrolla con dedicación plena el ejercicio de la libertad, ya que comoAlfonso dice, «ésta es esencial para un artista». Confiesa que le permite pintar y dibujar con total tranquilidad.

AlfonsoGarcía comenzó en esto del cuadro y el pincel desde su infancia. Desde que recuerda, siempre dibujó retratos con lápiz primero y lápices de colores después para seguir con óleo y otros técnicas. El primer cuadro que enmarcó su familia fue el retrato que le hizo a su abuelo a los 12 años.

Es un gran amante de los retratos. En definitiva, un fiel testigo de la expresión de las caras y, sobre todo, de lamirada. Ésta se convierte en numerosas ocasiones en el eje central de sus obras. En ella se fija cada vez que hace un retrato. Y es que, según dice, «es con lo que se ve el alma de las personas».

Con el paso de los años ha ido mejorando su técnica y en ese proceso no ha estado solo. Ha adquirido experiencia y reconoce que ha bebido del conocimiento de otros artistas, aunque confiesa que nunca ha contado con la ayuda de un profesor.