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Sábado, 28 de septiembre 2024, 17:43
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Cada año, cuando las temperaturas empiezan a descender con la llegada de septiembre, el campo extremeño se ve envuelto en uno de los espectáculos naturales más impresionantes de la península ibérica: la berrea del ciervo. Este evento, protagonizado por los ciervos en plena época de celo, transforma el paisaje de la comarca de La Siberia en una sinfonía salvaje y vibrante que tiene como protagonista un potente sonido que resuena tanto al amanecer como al caer la noche.
El bramido de los machos, descrito por muchos como un sonido «fuerte y estridente», atraviesa los campos y bosques, llenando el aire de una energía primitiva. Este ruido, que podría parecer intimidante o desconcertante para quien lo escucha por primera vez, es en realidad una parte esencial del ciclo natural de estos animales. En la berrea, los ciervos machos emiten sus bramidos con el objetivo de atraer a las hembras y demostrar su fuerza y dominancia frente a otros machos. Es un espectáculo crudo de la naturaleza, donde no solo el sonido, sino también la lucha física entre machos, puede ser presenciada por aquellos afortunados que logran estar en el lugar y momento adecuados.
La Siberia, en Extremadura, es una de las zonas más emblemáticas donde este fenómeno cobra vida de forma majestuosa. Declarada Reserva de la Biosfera, esta comarca es un refugio natural donde la fauna y flora se desarrollan con un esplendor inigualable, y durante los meses de septiembre y octubre, los visitantes tienen la oportunidad de observar la berrea en todo su esplendor. Es especialmente en esta época cuando los ciervos se dejan ver con mayor facilidad, saliendo al amanecer y al atardecer para bramar y mostrar su dominio en los territorios. Los expertos aseguran que este es el mejor momento para realizar una visita a la región, y no son pocos los turistas que cada año se acercan a La Siberia, atraídos por la promesa de un espectáculo natural difícil de igualar.
Uno de los puntos más recomendados para observar la berrea del ciervo es el observatorio de la Berrea, situado en la Reserva Regional del Cíjara. Este Mirador Cinegético ofrece una visión privilegiada de los campos donde se desarrolla el ciclo anual del celo de los ciervos. Desde aquí, los visitantes pueden contemplar a los animales en su hábitat natural, sin perturbar su comportamiento. De hecho, uno de los aspectos más importantes de este tipo de turismo es el silencio. Mantener una actitud respetuosa y silenciosa es crucial para no molestar a los ciervos, que en este momento están especialmente sensibles a cualquier tipo de interrupción.
El ecoturismo ha encontrado en la berrea un evento de enorme relevancia. Cada año, miles de personas se desplazan a zonas rurales como La Siberia, no solo para escuchar y observar a los ciervos, sino también para disfrutar de la riqueza natural que estos parajes ofrecen. En la berrea, el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano se vuelve particularmente delicado. Las autoridades y los guías de la región insisten en la importancia de una observación respetuosa y en el seguimiento de las recomendaciones para minimizar el impacto sobre los animales.
La Siberia es, sin duda, uno de los mejores lugares de España para sumergirse en esta experiencia. Además de la berrea, la comarca ofrece una diversidad paisajística impresionante, desde vastas dehesas hasta bosques espesos, que sirven de hogar no solo a ciervos, sino a una multitud de especies de fauna autóctona. Las rutas senderistas, los miradores y las actividades ecoturísticas que se desarrollan en torno a la berrea permiten a los visitantes conectarse de manera profunda con el entorno natural, aprendiendo sobre la fauna local y apreciando los ciclos de vida que ocurren a su alrededor.
El fenómeno de la berrea no es solo un reclamo turístico, sino también un recordatorio del papel que juega la naturaleza en el ciclo vital de estas especies. Los ciervos machos, al emitir sus bramidos y luchar entre sí, están siguiendo un instinto tan antiguo como la propia existencia de su especie. Es un momento de vida y muerte para algunos, de supervivencia del más fuerte, pero también de renovación y continuidad. La llegada de nuevas crías al año siguiente será el resultado de este impresionante ritual de cortejo.
Para quienes decidan acudir a La Siberia durante la época de la berrea, el consejo más valioso es prepararse para una experiencia que involucra todos los sentidos. Además de escuchar el bramido, la vista de los ciervos, con sus majestuosas cornamentas, es algo inolvidable. Los atardeceres tiñen el cielo de tonos naranjas y rojos, mientras los campos y montañas de la reserva se sumergen en una luz suave que añade una atmósfera casi mágica al espectáculo.
La berrea del ciervo en La Siberia es, en definitiva, uno de esos momentos en los que la naturaleza se manifiesta en todo su esplendor. Es un evento que, aunque breve en el calendario anual, deja una huella profunda en quienes tienen la oportunidad de presenciarlo. A través de la combinación de sonido, vista y emoción, la berrea del ciervo ofrece una de las experiencias más auténticas que se pueden vivir en los parajes de Extremadura, uniendo al ser humano con la naturaleza en su estado más puro y salvaje.
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